Un año más, celebramos el Día del Libro, y el Departamento de Lengua C. y Literatura siente el deseo y la necesidad de intentar fomentar el placer por la lectura en nuestro centro, y no conocemos mejor manera de empezar este día, que dedicándole unos minutos a esta fascinante actividad. Este curso queremos aprovechar la ocasión para recordar que en diciembre de 2020 se cumplió el 150 Aniversario de la muerte de uno de nuestros escritores sevillanos más universales, Gustavo Adolfo Bécquer, de sobra conocido por sus Rimas y sus Leyendas. Nos gustaría recordar aquí una de las Rimas que el poeta dedicó al misterio de la creación y de la inspiración. En su Rima IV podemos ver cómo para Bécquer la poesía era un elemento natural más, algo que podía estar en cualquier parte, como una rosa, un amanecer, o una sonrisa femenina…
Rima IV
No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!